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Existe la creencia que aquel tirador que guiña el ojo con el que no apunta, o es inexperto o no tiene gran pericia.  ¿Es eso cierto?  Antes de nada, es importante diferenciar entre el disparo con escopeta y el disparo con rifle.

Con Escopeta

En el caso de la escopeta, normalmente se trata de un disparo menos preciso que el disparo con rifle y la acción de encarar y apuntar es habitualmente mas rápida.  Tanto en tiro al vuelo como en situaciones de caza, es importante la visión periférica y por tanto, acostumbrarnos a encarar de forma rápida y siempre poner la escopeta en el “mismo sitio”, nos ayudará a que manteniendo los dos ojos abiertos, podamos ser más rápidos en la adquisición de nuevos objetivos.  Es decir, apuntando con los dos ojos abierto, tendremos una mayor visión periférica pudiendo ser más rápidos (no necesariamente mas precisos).  Sin embargo, en disparos muy “apuntados”, no está mal hecho si guiñamos un ojo o lo entornamos.

Con rifle

En el caso de disparo con miras abiertas, no es aconsejable apuntar con los dos ojos abiertos, ya que puede que desalineemos la línea de puntería (por la visión estereoscópica).

En el caso de visores con varios aumentos (ejemplo 8x), mantener los dos ojos abiertos no marca una gran diferencia en cuanto a visión perimetral ya que el ojo director es el que esta “enfocando” con mas aumentos y nuestro cerebro tiende a anular la imagen del ojo subordinado. 

En el caso de visores con pocos aumentos o los tan famosos “puntos rojos” si es aconsejable apuntar con ambos ojos abiertos ya que esa visión perimetral nos permitirá disparar en las zonas optimas evitando arboles o zonas donde el disparo puede no ser seguro.  Además, nos permitirá una maniobra de seguimiento mas fluida, pudiendo incluso permitir que nos anticipemos a cambios en el relieve (hondonadas, pendientes, saltos, etc…) que apuntando con un solo ojo no tendríamos en cuenta.

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