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El rifle semiautomático es aquel que se recarga de manera automática cada vez que apretamos el gatillo, disparando una sola vez cada vez que apretamos el gatillo.  En general los rifles modernos son todos lo suficientemente precisos para caza en montería o batida (asumiendo que todo cañón puede ser más preciso con una marca de munición que con otra).  De hecho, la precisión de un arma esta muy ligada a la calidad del cañón y el proceso de fabricación. 
Pero la realidad es que estos rifles dividen la opinión entre los muy partidarios y los detractores.

Entre sus detractores, corre la “leyenda” que dice que los cazadores que usan rifle semiautomático fallan más.  Y fallan más por dos motivos.  El primero, porque, a sabiendas de que puede repetir disparos de manera más rápida, se apunta poco o menos que con otros rifles.  El segundo motivo, porque el retroceso sin la maniobra manual de recarga hace que el tirador esté descuadrado para el segundo disparo y este se produce de manera “desordenada” y por tanto mucho menos precisa.

La realidad es que ambas razones son verdades a medias y dependen siempre del tirador, del proceso de disparo y no del arma.  El hecho de poder repetir más disparos en menor tiempo no es necesariamente causa de disparos menos precisos, es cuestión de lo bien que apunte el tirador y las condiciones del disparo (y del centrado del rifle).  En segundo lugar, el retroceso es similar al de otro tipo de rifles y el movimiento del carro en la recarga, no necesariamente “descuadra” más al tirador que el acerrojarado del rifle.

La realidad es que son armas perfectamente válidas y versátiles.  Cierto que no necesariamente son las armas mas bellas, de hecho, hay alguno realmente feo (ésta es mi opinión personalísima) y cierto que al tener mecanismos internos que operan casi siempre por gases, exigen una limpieza a fondo para evitar encasquillamientos o fallos en el cierre del cerrojo.  

Conclusión, no son menos certeros que otros rifles con otros mecanismos de repetición y por tanto, el fallo no es atribuible al arma en sí misma.  Son los más rápidos en la recarga y si es cierto que son susceptibles de dar problemas si no los mantenemos limpios y cuidados (como casi todas las armas). 

Mi experiencia

Siempre ha sido positiva salvo en un par de ocasiones: la primera, un Browning Bar (completamente nuevo) daba problemas con balas de punta plomo al pellizcar las puntas en la subida a la recámara.  Al parecer si que hubo alguna partida de rifles que dieron este problema, pero cualquier armero lo resolvía con unos toques de lima.  El segundo, y muy desesperante, le ocurría a mi buen amigo Luis en su Remington 742 Woodmaster que, en muchas ocasiones, el cerrojo no cerraba del todo y al disparar, se oía el “mítico click” pero no disparaba.  La razón, suciedad y acumulación de residuos en el cerrojo. 

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