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Siempre he reconocido que no era amigo de estos “artilugios” y me gustaba tirar con visor en montería, casi siempre con el mínimo de aumentos posibles. 

Deber obliga y empecé probando varios, de varias casas.  En campo de tiro no me gustaron demasiado porque en lo que a precisión se refiere, a 50 metros no es fácil hacer agrupaciones como las que se hacen con un visor, principalmente por los aumentos que aporta el visor.

El caso es que finalmente me lleve un aimpoint micro H2 a una montería hace un par de años y aunque el encare me parecía más rápido que con visor tradicional o con miras abiertas, no terminaba de adaptarme a él.  Lo volví a acoplar para otra montería ese mismo año y me encontré más cómodo, pero me resultaba incómodo el efecto túnel, que aunque pequeño, lo encontraba una y otra vez.

El año pasado me hice con un Romeo de la marca SigSauer.  De estética mas futurista y un punto “militar” me pareció que iba montado demasiado alto, debido a la base que incorporaba.  Monté una carrillera en la culata y he de reconocer que me encontré más cómodo de lo que había esperado y más cómodo que con el aimpoint.  Quizás es porque el diámetro del “tubo” es levemente mayor o quizás por la colocación del mismo y la carrillera me gustó bastante más.

El caso es que esta primavera, mis amigos de Leica SportOptik Alemania me enviaron un Leica Tempus, que es un punto rojo, pero de tipo réflex.  Había probado varios en mis primeras pruebas en campo de tiro, pero nunca en una jornada de caza.  Llegada esta temporada, lo acoplé en un Merkel RX Helix en 30.06 y salí de monteria con el.

Mis primeras sensaciones fueron positivas, quitando la funda de plástico (con la que se puede tirar perfectamente) desaparece el efecto túnel completamente, de hecho parece que no hay marco cuando encaras rápido.  Tras los primeros lances, estaba asombrado, que fácil era encarar, localizar la pieza, correr la mano…  De hecho, me atreví con lances a 100 metros escasos e inesperadamente para mi, fueron lances con resultado satisfactorio.

El caso es que me ha convencido profundamente y me declaro converso al punto rojo refléx para distancias hasta 80-100 metros.  El encare es rapidísimo, la localización del objetivo es rapidísima también al llevar los dos ojos abierto,, apuntar es sencillísimo porque donde esta el punto rojo, allí va la bala.  Y no hay túnel ni marcos, no hay que esforzarse por meter el objetivo en el tubo y luego el punto rojo sobre el.  Con las miras réflex, claramente si fallas, lo que falla es el arquero.

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