Nunca había sido un gran fan de los puntos rojos. Siempre he preferido tirar con visor y en puestos muy cerrados, con los elementos de puntería del rifle.
Mi primera toma de contacto fue con un aimpoint y recuerdo que mis primeras sensaciones no fueron las mejores ya que, aunque el encare era rápido, en disparos a medias distancias, los bordes del tubo me tapaban demasiado.
El caso es que hace ya casi 2 años, me mandaron un prototipo del Leica Tempus. Se trata de otro concepto de punto rojo ya que no tiene tubo, si no que se trata de un punto rojo tipo réflex a los que yo denomino de “ventana” por no tener mas que un fino marco desde el punto de vista cuando el tirador está encarado.
De entrada, me gustó bastante por no tener esa limitación en los disparos mas largos (mas de 50m) y aunque el centrado no resulta sencillo ya que hay que aflojar primero un tornillo para poder liberar el ajuste de elevación y deriva, una vez está centrado…
Desde que lo uso, me acompaña siempre al puesto montado en un Merkel RX Helix en 30.06. De hecho, siempre digo que, en tiraderos hasta los 70 metros o incluso un poco mas largos, hasta los 100, parece que haces trampa, ya que el encare es instantáneo y endiabladamente rápido para poder realizar esos disparos tan exigentes en cortaderos o zonas sucias.
Desde que lo uso, tengo que reconocer que se me han escapado muy pocas presas en los lances que he podido disfrutar. Los que me conocen saben que no es una cuestión de presumir, es que realmente centrar el punto en el objetivo es realmente fácil comparando con el encare en un visor, aunque sea de montería.
Puntos fuertes
El punto rojo en general, está pensado para disparos cortos hasta 50 metros, pero cuando te vas a costumbrando, como es mi caso, me atrevo con lances a 100 metros, distancia que ya cubre la mayoría de los puestos centrales de montería.
El encare es muy rápido y aunque no tengas la cara perfectamente centrada en el visor donde esté el punto rojo, allí irá la bala. Permite disparar con ambos ojos abiertos lo que ayuda no solo a localizar la pieza si no a medir bien las distancias y ayuda a juzgar el adelanto necesario.
El Leica Tempus viene con una carcasa que protege bien el elemento de puntería y ayuda a protegerlo con la lluvia. Pero realmente, al tener ambos ojos abiertos, la lluvia no es un impedimento ya que además al incorporar lentes asféricas, las gotas no se adhieren y por tanto, aunque caiga la mundial, no veras gotas, y aunque las haya, no distorsionan el punto rojo.
Pesa muy poco (imperceptible, ¡tanto como 4 balas!) y no abulta nada por lo que hace que el rifle sea mas manejable que con un visor.
Función de auto apagado y 9 niveles de intensidad del punto rojo. Ojo, nivel de intensidad, ¡no tamaño del punto!
Puntos débiles
Aunque se puede tirar largo a objetivos grandes, por encima de los 100 metros se complica mucho el disparo y realmente ya no es su terreno. Se puede desmontar e intercambiar por un visor, pero siempre tendremos la duda de si las bases garantizan que aunque la quitemos y la pongamos, mantiene el centrado.
El sol, aunque no se da a menudo, cuando apuntas y tienes el sol bajo y de cara, se puede producir cierto deslumbramiento (similar al de un visor).
Calidad Precio
Hay bastante puntos rojos en el mercado y de distintos precios, pero una vez más, he de reconocer que Leica lo ha vuelto a hacer, y a pesar de no ser el primero, ha conseguido un punto rojo que tiene gran calidad óptica y que, doy fe de ello, es resistente y funciona una y otra vez.
Se sitúa por debajo de los 600 euros. Personalmente, mi conclusión: es el visor con el que mas aciertos he tenido por euros invertidos
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